Agosto 2022

Tu capacidad de elegir
Por Adriana Reid
El mes pasado, hablamos del duelo como parte de nuestro inventario emocional.
Recordamos que, en la vida, el dolor es inevitable, el sufrimiento es perpetuado debido a nuestra forma de procesar y gestionar el dolor. No sufrimos por la circunstancia en sí, sufrimos por el significado que le damos a lo que nos sucede.
Dejar de dolernos por algo o por alguien, no significa que se borren nuestras buenas memorias, significa dejar de ser víctimas de una circunstancia que, por un lado, no podemos cambiar, y por otro, forma parte de la única constante que no varía dentro de nuestra existencia humana, el cambio.
Esta vez quisiera hablarte de: nuestra capacidad de elegir.
Alguna vez habrás escuchado la frase “tu creas tu propia realidad”. La primera vez que la escuché, no la entendí, vivía tal vez la peor etapa de cambios de mi vida. El nivel de consciencia que tenía en ese momento, no me permitía ver más allá de las circunstancias y me sentía yo víctima de ellas. Cuando comprendí que los seres humanos creamos todo el tiempo; a través de la ley de atracción, de la cuál seguramente habrás escuchado, y aún más profundo, por ley de vibración, esta frase comenzó a tener sentido para mí.
En artículos anteriores compartí sobre los niveles de nuestra existencia humana -físico, mental, emocional y espiritual; también mencioné que somos cuerpos pulsantes de energía en movimiento, y para muestra, todo aquel estudio especializado de laboratorio en el cual se utilizan electrodos para medir las frecuencias electromagnéticas de nuestros órganos.
¿Por qué te digo todo esto?
Para crear un marco de referencia común que nos permita comprender el tema que te propongo en este artículo. Nuestra capacidad de elegir.
Conscientes o no, creamos todo el tiempo; desarrollar nuestra capacidad de elegir lo que creamos, no solo es un acto de amor hacia nosotros mismos, también es un acto de responsabilidad.
Empecemos por analizar la ley de vibración, esa que viene implícita en una frase como “lo que crees, lo creas”. Sí, pero ¿por qué? Nuestras creencias están hechas de patrones de energía e información que están en resonancia con nuestro condicionamiento humano.
Nuestro condicionamiento humano está hecho de todo aquello que experimentamos a través de nuestros sentidos. Nuestro sentido de ser personas separadas de los demás, lo adquirimos a través de definirnos y definir todo lo que nos rodea. Nuestra mente define y da significado a las cosas.
Nuestras creencias, están hechas de estas definiciones que a su vez crean reacciones y respuestas mentales y emocionales a través de pensamientos y sentimientos.
O lo que es lo mismo, las emociones son el contenedor que alberga nuestros pensamientos y nuestros sentimientos.
Aprendimos -y convertimos en hábito, a suprimir o negar las cargas emocionales de los eventos o situaciones que no sabíamos cómo manejar o que amenazaban con nuestra existencia. No desaparecen solos, es necesario procesarlos.
Toda creencia proviene de información que en algún momento de nuestra experiencia fue útil para nosotros. Si esto es real, todo está basado en nuestra percepción de la realidad.
Es decir, si no revisamos y cuestionamos el significado que le damos a las situaciones y a las cosas, podemos estar no solo viviendo nuestra vida desde creencias establecidas en nuestro sistema cuerpo-mente desde que éramos muy pequeñitos sino tomando decisiones inconscientes desde ese lugar.
Es ahí donde te invito a regresar a tu centro utilizando la técnica de PRESENCIA que ya hemos practicado. Desde este lugar, cuestiona tus pensamientos y tus creencias. Atrévete a redefinir conceptos a manera de ejercicio.
Como ejemplo podemos usar la palabra “policía”. Distintas personas tienen diferentes percepciones de lo que significa un policía. Con relación a la autoridad, las personas que tuvieron una mala experiencia con la autoridad pudieran experimentar ansiedad con la presencia de un policía: mientras que para aquellas personas que tienen el concepto de que la policía protege, pueden sentir cierta tranquilidad.
La identidad es la misma, la percepción es distinta.
En artículos anteriores hemos redefinido la palabra responsabilidad, hemos tomado consciencia sobre nuestros principios y valores. Ahora, te propongo elegir palabras al azar que provoquen ciertos sentimientos en ti. Escribe el significado que estas palabras tienen para ti y piensa en alguien de otra cultura, distinta a la tuya y trata de definir la misma palabra desde otras circunstancias.
A medida que te abras a permitir que las cosas pueden ser distintas a lo que tú defines como real, cierto o correcto, te vas a dar cuenta como aumenta tu capacidad de elegir.
Quisiera dejarte con esta reflexión para nuestro siguiente artículo:
El punto más claro para ejercer nuestra capacidad de elegir se encuentra entre lo que aceptamos como real y lo que rechazamos o resistimos.
Recuerda, puedes hacer preguntas o comentar sobre este tema en info@be2be-coaching.com